Se acercan las vacaciones de verano, de hecho ¡ya están aquí! sobre las que tantas expectativas nos hacemos porque vamos a poder dedicar más tiempo a la familia y, sobre todo, a nuestros hijos.
Sin embargo, el tiempo que estemos con ellos no sirve de mucho si les bloqueamos, no dejamos de lado muchos de los condicionamientos que nos autoimponemos (y les autoimponemos) o no les permitimos hacer aquellas actividades expansivas y creativas (y no por ello menos formativas) que, por falta de tiempo o por las prisas, no hemos realizado o lo hemos hecho escasamente, a lo largo del curso.
El cuerpo más desnudo, la mente también más libre. Esto es bueno, saludable y necesario. Que nos dé el sol y el aire por fuera y por dentro.
Hacer planes, muchos planes, nuevos planes.
Ellos, los niños, necesitan salir de la rigidez del curso, salir del caparazón, acudir a campamentos al aire libre, estar en la naturaleza, hacer deportes individuales y de equipo, jugar, descubrir, explorar, disfrutar de nuevas experiencias y tener la oportunidad de conocer a otros niños.
Quizá alguno de ellos va a necesitar un poco de refuerzo para asentar esos aprendizajes o solventar esas pequeñas dificultades de aprendizaje que nos traen de calle, y seguir leyendo ¡por supuesto! Pero más como un divertimento que como una obligación. Como siempre y como en todo, si vosotros sois buenos educadores y formadores, antes y mejor cumplirán con esas tareas que es obvio que también deben hacer.
¿ALGUNAS IDEAS PARA EL VERANO?
1. Invita a otros niños y niñas a tu casa, huerta o urbanización. Ello posibilita que se amplíe su mundo social y emocional, además de ese cachito de autoestima que les proporciona porque otros niños han ido a su casa, a su territorio.
2. Id a merendar al parque o bajo la sombra de un árbol con una manta en el suelo y con una cesta de las de picnic de las de toda la vida. ¡Qué ilusión!
3. Salid a recoger frutos silvestres, a andar en bici, a subir a ese monte, acercaos al río más cercano, …. siempre con seguridad y vigilancia. Estoy segura de que algún niño aún no ha estado en la orilla de un río.
4. Apúntales al menos una semana a cualquier campamento en el que pueda estar en contacto con animales, con otros niños, jugando, disfrutando y aprendiendo al aire libre. Suelen ser experiencias que dejan huella.
5. No les “encierres” en academias o centros a hacer actividades frente a una pantalla. Bastantes tienen ya y van a tener a lo largo de su vida. Mejor que hagan deporte o ejercicio al aire libre.
6. Recoged piedras de las orillas del río o del monte y anímalos a que las pinten y decoren. Se sentirán muy bien con sus producciones que pueden regalar a familiares, amigos, o usarlas como pisa-papeles y decoración en su habitación y en la casa.
7. Compra unas camisetas blancas y pintura para decorar telas y que se hagan sus propias camisetas, o a su abuelo que es su cumple, o a su amigo, o tía, … ¡Les encanta hacerlas y regalarlas!.
8. Invéntate variadas manualidades. Con cajas de cartón pueden construir un castillo, una fortaleza, un garaje, …
9. Iníciales en la cocina. Que hagan sus propios helados con frutas, que colaboren en rellenar ese hojaldre, en hacer ese rico gazpacho, … solo necesitan un delantal y ponerse a observarte, colaborar contigo y seguir tus instrucciones.
10. Cantad, bailad en familia. Moved el cuerpo, haced karaoke, … que vuele la alegría y la sensación de estar juntos y pasarlo bien. Buena dosis de endorfinas hará que todos os sintáis mejor y se potencie el vínculo y el amor familiar.
Es evidente que en todo lo que hagan y participen deben tener también la responsabilidad de recoger después, pero sin agobiarles.
Que sea una cláusula puesta con naturalidad a seguir en la casa y en el entorno antes de comenzar nada y que os den su beneplácito para esa participación recíproca.
Ej.: mirad niños, vamos a hacer helados, pero después debemos recoger todo lo que hayamos ensuciado y usado, ¿ok?
Por supuesto no es necesario que estéis siempre presentes. Dejadles con su imaginación y creatividad. Y no os fijéis tanto en el resultado final sino en el proceso, en el disfrute, en el camino, en su sonrisa, …
No os importe que se manchen, que se rompan un pantalón, que algo de la casa se estropee, es lo natural en su evolución.
No seáis rígidos, ni excesivamente directivos, dejadles fluir con ellos mismos y su entorno.
Y, por favor, dejad el móvil apartado mientras participéis en sus actividades. Si notan que estáis en su misma onda y en armonía, todo va a ser más bonito, vais a fluir juntos y van a pasar un precioso tiempo de verano que les ayudará en su autoestima y evolución personal.
¡Feliz verano!